Epístola a mis maestros

Por medio de la presente quiero agradecer a todas aquellas personas
importantes que han contribuido al cultivo de una mente
que hace lo mejor posible todo el tiempo
por servir a esas consciencias, diamantes en bruto solía decir
uno de mis profesores mas cultos.


A ti, estimado profesor, que a pesar de haber abandonado
esas aulas,sigo recordando con cariño esa misión
que encomendaron a otra generación más de maestros,
solamente educar.


¡Bonita cosa!, dijo la abuela, pero nada tan gratificante
como ver a esta profesión como la oportunidad de multiplicar
el afecto, y sobre todo, transcender en aquellos que el día de mañana
en una mirada, un saludo, quizá un abrazo o tal vez en una conversación
recibamos el agradecimiento o el desprecio, fruto de subestimar al ego.
O tal vez desde lejos, con ayuda de una paloma mensajera o este mensaje
detrás de este monitor, como lo hago hoy.


"La educación es a las personas como el perfume a las flores."



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